El silencio ha imperado durante un minuto, este mediodía en la plaza de la Iglesia de Puerto del Rosario, donde, convocados por la asociación Entre Mares, los asistentes han lamentado la muerte ayer, en la Restinga, de siete personas. Cuatro mujeres y tres niñas perdían la vida ahogadas tras volcar un cayuco cuando estaba a punto de procederse al desembarco. Fueron muchas las personas que se lanzaron al mar para tratar de salvar las vidas de quienes luchaban contra el agua pero no pudieron hacer nada por evitar el ahogamiento de las víctimas.
Desde Entre Mares se cuestionan los protocolos de actuación y recuerdan que no ha sido el único cayuco volcado. “El último vuelco fue en febrero de este año y el anterior, con unas consecuencias terribles, que desaparecieron 51 personas el 29 de abril del año pasado”, recordó la técnica María Greco.
Por eso, exige que se aborde con seriedad y que se doten de los recursos suficientes para que “lo ocurrido ayer no se vuelva a repetir nunca más, porque estaban en el muelle, estaban desembarcando. Hacemos ese llamamiento y ese requerimiento para que se doten por fin de medios a los que están en la primera línea también rescatando a las personas”.
En un comunicado leído tras el minuto de silencio, la asociación sociocultural majorera ha denunciado "la inmoral e inhumana política migratoria de la Unión Europea" causante directa de estas personas, recalcó, destacando la restricción de la movilidad sólo a quienes llegan de África.
Por avión todos los días llegan personas procedentes de América del sur y central, afirmó, “ lo que pasa es que quienes muchas veces no llegan o llegan de esta manera es la población africana. Tenemos muy claro que la restricción a la movilidad es exclusivamente para África. No llegamos a saber, a comprender, y el trasfondo puede ser un trasfondo racista de esa política migratoria”, apuntó.
Entre Mares también ha criticado, con dureza, los acuerdos económicos alcanzados con distintos países de África que llevan a alejar más las rutas migratorias y a hacerlas más peligrosas, si cabe.
“En el momento que tú llegas a acuerdos y firmas acuerdos, sobre todo económicos, con los países de la parte occidental de la costa africana, automáticamente la ruta se desplaza hacia abajo y la ruta al desplazarse hacia abajo suponen más días, suponen travesías mucho más duras. Pero eso es así, “eso es una realidad constatable”, subrayó.
La muerte de las cuatro mujeres y tres niñas ha conmocionado a la sociedad canaria y a la majorera que ha querido respaldar hoy, con más presencia de lo habitual, a la asociación sociocultural Entre Mares.
Una entidad que exige a los gobiernos acción; y no solo hoy sino cada vez que se producen muertes en las cercanías del litoral canario en esta peligrosa ruta, una de las más mortíferas del mundo.