Falta compasión
Mesa, nacido en La Gomera en 1935, estuvo al frente de la Asociación Canaria de Amigos del Pueblo Saharaui desde donde trabajó para ofrecer atención a los primeros migrantes que llegaban a Fuerteventura a través de la ruta canaria; hoy una de las más mortíferas del mundo. “Yo recuerdo en mi casa comprar botes de estos, latas grandes de atún y pan y hacerle los bocadillos allí para darle a comer porque no tenía nada”, relató.
Mesa recordó cómo la primera patera arribada a la Isla estaba ocupada por dos jóvenes saharauis. “Miraban a la gente en la calle y los saludaban, casi todo el mundo los conocía”, destacó haciendo referencia a los estrechos vínculos entre la sociedad majorera y la saharui.
En aquellos años, ni el Cabildo de Fuerteventura ni el Ayuntamiento de Puerto del Rosario disponían de recursos y la acogida se resolvía gracias a la solidaridad de agricultores y voluntarios. “Tuvimos que ir por el campo viendo las fincas de tomates, pidiéndole de favor a los agricultores que les dieran trabajo y comida”.
Momentos emotivos que se intensificaron al producirse las primeras muertes en el mar en lo que hoy muchos llaman, este “cementerio líquido”.

Su compromiso no pasó desapercibido y su labor y experiencia sirvieron para contribuir a poner en marcha Cruz Roja en la Isla. Al principio sin recursos, destacó, más tarde con un convenio que en su momento firmó el presidente Rodríguez Zapatero, insistió, que dotó a la organización de medios.
Su valía y determinación, lo llevaron incluso a presidir Cruz Roja Canarias.
Con la humildad como bandera, Gerardo Mesa sostiene su agradecimiento por el reconocimiento obtenido a través del Premio Valbanera pero siempre insistiendo en que “no es a mi labor, es a la gente que estuvo… ellos eran los que hacían el trabajo”. También puso de relieve su particular conexión familiar con el buque hundido que da nombre al galardón y que recuerda a los más de 488 fallecidos en el naufragio; muchos de ellos canarios.
El Premio Valbanera se complementa con el recibido en 2022, el Premio Solidario ONCE Canarias que destacó “su entrega a los demás y solidaridad en todos los órdenes de su vida”.
Ha cambiado la aceptación de la gente: se está perdiendo la compasión
En el ámbito político, Gerardo Mesa fue presidente del Cabildo de Fuerteventura y senador en la IV legislatura por Asamblea Majorera.
Pero ha sido en el terreno social donde dejó mayor huella, como presidente autonómico de Cruz Roja, liderando la organización durante los años más duros de la crisis migratoria.
Con la mirada en el pasado, reconoció que el fenómeno migratorio “ha cambiado mucho, ha cambiado mucho la acogida y ha cambiado también mucho la aceptación de la gente”.
Si en los primeros años predominaba la solidaridad y el reconocimiento del migrante como persona necesitada, hoy percibe un aumento del rechazo, aseveró. “Al principio los recibíamos como gente necesitada (…) pero ahora también ha crecido el rechazo al extranjero” lo que, para Mesa, evidencia que la empatía se ha debilitado y que la compasión ya no ocupa el lugar central que tuvo en la Canarias solidaria de los años noventa.

Hoy, a sus 90 años, continúa aportando su experiencia a la entidad. “Yo sigo voluntario en Cruz Roja, claro. Estoy trabajando más a distancia, desde mi casa, en el ordenador y lo que puedo”.
Después de toda una vida de empatía y compasión por los más vulnerables, Gerardo Mesa se muestra agradecido. “La satisfacción de poder atender, de poder ayudar a otro es más grande que el sacrificio que uno hace para eso”, concluyó.