lunes. 08.12.2025

 

La psicóloga Lola Ávila subraya que se trata de un servicio diseñado para familias “que están viviendo una situación de cambio”, desde separaciones y duelos hasta crisis evolutivas o dificultades asociadas a la adolescencia . No es un centro sanitario y, como recalca, no hacemos intervenciones psicológicas de carácter clínico… no hacemos un diagnóstico”, pero sí un acompañamiento profesional que ayuda a transitar procesos complejos sin patologizar a los menores.

El terapeuta y trabajador social Felipe Morales explica que cualquier familia del municipio puede acceder, previa derivación de los centros educativos, del Servicio Canario de Salud o de los propios servicios sociales del Ayuntamiento.  Es un servicio de apoyo psicosocial… para personas que estén pasando puntualmente por una situación de dificultad. Insiste en que es un recurso preventivo y voluntario, destinado a evitar que situaciones de malestar cotidiano evolucionen hacia problemáticas mayores.

Actualmente, están atendiendo 23 familias, entre las derivadas del antiguo prestador del servicio y las nuevas incorporaciones. Y lo hacen desde un trabajo coordinado que comienza con una entrevista inicial: “Establecemos un pequeño periodo de diagnóstico para ver qué es lo que le está pasando a la familia… y diseñamos, junto con la familia, un plan de intervención durante un periodo que prevemos que nunca supere, a priori, los 6-8 meses”, explica Morales .

Hablar, sana

La conversación evidenció una realidad que constata la necesidad de impulsar recursos en el ámbito preventivo. Ambos coincidieron en señalar que la pandemia supuso un revulsivo para valorar lo importante que es la salud mental”. Un problema "de primer orden", según recalcaba Morales haciendo alusión a las entrevistas que han tenido en distintos centros educativos del municipio. 

Las aulas registran comportamientos que alertan a docentes, equipos directivos y orientadores. Las horas que los menores pasan en el colegio permiten detectar, a menudo antes que en casa, dificultades de regulación emocional, impulsividad o estrés familiar. 

Muchas de las dificultades que llegan no son trastornos, sino saturación emocional. Lola Ávila lo explica de forma directa: “No es cuestión de patologizar… pero sí de acompañarlos de la mejor manera posible” .

Las familias acuden, con frecuencia, cargadas de culpa o incertidumbre. Para ella, el primer paso es “cambiar la mirada”, aprender a observar los comportamientos desde el conocimiento de las etapas evolutivas y sin autoexigencias destructivas.

Morales añade que una de las mayores carencias actuales es la falta de espacios seguros para expresarse: “Una cosa maravillosa… que previene un montón de enfermedades y problemas de carácter emocional, es tener un espacio de escucha, de diálogo, de paz, de tranquilidad, sin juicio” .

Ávila insiste en la idea de que  “hablar sana”. También ayuda conocer cómo funciona el cerebro infantil y adolescente a la hora de interpretar esas conductas sin alarmas innecesarias: “Si conocemos el cerebro adolescente… podemos saber que aunque yo le diga tres veces lo mismo, esa inmadurez no está respondiendo porque responde a lo que es un adolescente”, apuntó. 

Para concluir la entrevista, Morales abogó por "escuchar más y hablar menos" y recordó la importancia de informarse a través de canales oficiales; "este tema es demasiado importante para dejarlo… en manos de TikTok” . Ávila, por su parte, instó a la ciudadanía a que "si están pasando alguna situación… que se acerquen al ayuntamiento… y que no tengan miedo” .

Se trata de un recurso gratuito, preventivo y cercano.

Felipe Morales: "La salud mental es un problema de primer orden en Fuerteventura"
Comentarios