martes. 19.03.2024

Emily Duschl Sarabia tiene cuatro años pero no habla. Cuando cumplió su primer año y medio de vida, su madre, Janette, y su abuela, Corina, la llevaron al pediatra para recibir indicaciones sobre cómo actuar.

Al principio, el facultativo explicó una serie de ejercicios para realizar con la niña “pero no cambiaron nada, no ayudaron”, recalca Corina.

Por eso, la derivaron a un especialista al que tuvo acceso “tras una larga espera”. Autorizó el servicio de logopeda tres veces por semana. Una pauta que nunca se cumplió. “Primero solo le dieron un servicio a la semana y después de meses, 2 por semana”, recalca.

Durante todo ese tiempo, “Emily estuvo muy malita por vegetaciones y amigdalitis. Incluso tuvo que ser ingresada en varias ocasiones”, recuerda Corina. La niña tenía fiebre muy alta, infección en la garganta “y estuvo con suero casi una semana. Finalmente le dieron el alta pero, la niña seguía sin poder comer”, lamentó.

En estas circunstancias, el otorrinolaringólogo indicó la conveniencia de que fuera intervenida quirúrgicamente para extirpar las amígdalas aunque, también afirmó, “que ellos no operan a niños de menos de 15 kg  y Emily pesaba 12.5kg”. Por eso, determinó que fuera “preferente a Las Palmas para ver si allí la podían operar antes”.

Tras la larga lista de espera, indica Corina, fue rechazada por el especialista de Las Palmas que ni siquiera le dio cita.

En ese momento, la familia de Emily no lo dudó. Pidió consulta en un centro privado y en pocos días el especialista que la examinó dijo “esta niña está para cogerla y meterla en un quirófano”. Así, la niña fue intervenida poco después, a mediados de abril, en el Hospital Perpetuo Socorro en Las Palmas.

Una operación para la que su madre tuvo que pedir un crédito bancario a fin de hacer frente a los gastos y devolverle la salud.

De forma paralela, hace unos meses, en el centro educativo en el que cursa sus estudios le indicaron la conveniencia de solicitar el servicio de Atención Temprana. Una ayuda para los niños que tienen dificultades de aprendizaje y que se debe solicitar a través del pediatra. La familia de Emily hizo la petición correspondiente pero, “ahora me entero, por el orientador, que la ayuda no se ha hecho”, critica Corina. 

La familia denuncia la “negligencia” del Servicio de Salud para atender a las necesidades de una niña que tan solo tiene 4 años y que podría mejorar su calidad de vida, notablemente, con la atención que, por derecho, le corresponde, subraya su abuela.

 

Una familia de Costa Calma exige atención a los Servicios de Salud para la pequeña Emily
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