sábado. 15.11.2025

Lo Social

Médicos de Fuerteventura: “Ganamos una beca para investigar y Hacienda se lleva el 40%"

Las ayudas del Colegio de Médicos de Las Palmas, de 4.500 euros, nacen para impulsar la investigación sanitaria en las islas, pero casi la mitad termina en impuestos. “Parece un chiste, pero es así”, lamentan los médicos investigadores del Hospital General de Fuerteventura Alejandro de Arriba Fernández y Azael David Freites Martínez, beneficiarios de las ayudas. Con ellos conocemos los proyectos de investigación que impulsan en la Isla.

 

Dedican su tiempo libre, su entusiasmo y, muchas veces, hasta su propio dinero para poder desarrollar proyectos de investigación. Lo hacen fuera de su horario laboral sin perder el objetivo de querer mejorar la salud de los pacientes. Su labor es silenciosa, no disponen de grandes recursos ni ayudas, y cuando presentan proyectos que resultan seleccionados para financiarse, parcialmente, a través de una beca, deben de abonar el 40% en impuestos.

La Fundación del Colegio Oficial de Médicos de Las Palmas lleva tres décadas impulsando proyectos de investigación y formación. Este año, ha concedido treinta becas por un valor total de 140.000 euros. Una cifra importante para una institución que se financia con recursos propios —alquileres, certificaciones, publicidad— y no con dinero público. “El objetivo es fomentar la parte de la profesión médica más olvidada, la investigación”, explica Luis Bravo, vocal del Colegio en Fuerteventura y médico de Cuidados Paliativos, en una tertulia en el programa La Voz de Fuerteventura, en Radio Insular. “Porque si no investigamos, la medicina no avanza, y al final lo que mejora es la salud de toda la población”, subraya.

 

En Fuerteventura, también se investiga

 

Entre los proyectos premiados este año se encuentran los de dos médicos del Hospital de Fuerteventura que participan en la tertulia. Son Alejandro de Arriba Fernández y Azael David Freites Martínez.

De Arriba investiga cómo reducir las infecciones hospitalarias, un problema silencioso pero grave si se toman en cuenta los datos. “En España muere más gente al año por infecciones adquiridas en los hospitales que por accidentes de tráfico”, advierte. Su estudio analiza qué medidas pueden adoptarse para evitar que los pacientes contraigan bacterias o virus durante su estancia hospitalaria. “Queremos aplicar aquí, en Canarias, protocolos que ya han demostrado eficacia en otros lugares. Si conseguimos reducir esas infecciones, estaremos salvando vidas”.

Por su parte, Azael Freites, dermatólogo, centra su investigación en los efectos secundarios de los tratamientos hormonales en mujeres con cáncer de mama. “El cáncer de mama se ha convertido en una enfermedad crónica, pero los tratamientos dejan secuelas que afectan a la piel, el cabello, las uñas… y también a la autoestima”, explica. Por eso, se centra en  conocer cómo impactan esos tratamientos en la calidad de vida de las pacientes “y buscar soluciones”.

Su proyecto, de carácter internacional, involucra hospitales de Barcelona, Francia, Grecia e Italia.

Ambos coinciden en señalar que investigar en Fuerteventura es posible, pero cuesta.

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Durante la entrevista

 

Primero, la jornada laboral....luego, la investigación

 

Constatan que en España la investigación no está integrada en la jornada laboral. Por eso, “trabajamos nuestras ocho horas y, luego, por vocación, seguimos con la investigación. Es algo que hacemos porque nos gusta, porque creemos en ello”, subrayan.

A ese esfuerzo personal se suma el económico. Publicar un artículo científico cuesta entre 2.000 y 3.000 euros, señala De Arriba. “Y si quieres presentar tu trabajo en un congreso, tienes que pagarte los desplazamientos, la estancia y la inscripción. Muchas veces sale de tu bolsillo”, recalca.

Por eso las becas del Colegio de Médicos son una ayuda codiciada entre los investigadores. Una ayuda que, sin embargo, llega recortada por el sistema fiscal. “Esta beca de 4.500 euros tributa como un ingreso personal, así que debemos pagar el 40% a Hacienda”, explica Freites.

“Parece un chiste, pero es así”, añade. De los 4.500 euros, apenas 2.700 se destinan realmente a la labor de investigación y divulgación. Y con ese dinero, insiste, “tenemos que costear materiales, programas informáticos, o incluso los viajes para presentar resultados”.

Mientras tanto, en otros países, las condiciones son muy distintas. Freites, que pasó dos años investigando en Nueva York, lo explica sin ambages. “Allí los médicos tienen días específicos para investigar, se les financian los proyectos y existen donaciones filantrópicas que desgravan impuestos. Aquí, en cambio, investigar es casi un acto de fe”, lamenta con sorna.

 

Una apuesta por Fuerteventura

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Hospital General de Fuerteventura

 

Pese a todo, hay optimismo. Luis Bravo insiste en que estas becas son un incentivo para que los médicos se mantengan en la isla. “Fuerteventura tiene un hospital comarcal con muchos retos, pero también con oportunidades. Que existan proyectos de investigación y reconocimiento profesional ayuda a que los médicos quieran quedarse”.

De Arriba coincide y señala que durante los tres años en los que ha ejercido como profesional en el Hospital de Fuerteventura “he visto un cambio positivo. Somos más especialistas, hay nuevas comisiones y se promueve la investigación desde el propio hospital. Eso nos motiva”, reconoce.

Al final, dice Freites, queda el salario emocional, “saber que estás ayudando a alguien, que lo que haces tiene sentido”, asevera para concluir una tertulia donde se evidencia que el verdadero sentido lo tendría un salario a la altura del esfuerzo y conocimiento, más allá de lo emotivo.

 

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