La plataforma No a las Tierras Raras en Fuerteventura denuncia la inacción del gobierno para blindar la Isla frente a quienes quieren promover la actividad minera en la Isla. En un comunicado, recuerda que las tres solicitudes de la empresa SATOCAN, presentadas hace un año, “siguen vivas y descubrimos que se han sumado dos solicitudes más por otra empresa”.
Critican la gravedad por “no tomar urgentemente medidas para proteger a la población ante estas tremendas amenazas”. En este sentido, también apuntan a la falta de transparencia sobre los expedientes y asegura que “la Consejería de Economía e Industria no contesta a la solicitud de acceso a la información de los expedientes. Transparencia no obtiene acceso a la información de los expedientes. El Cabildo de Fuerteventura no obtiene acceso a la información de los expedientes”.
Desde la Plataforma recuerdan que implantar una mina de tierras raras “es un asunto tremendamente serio, serio por las consecuencias sociales, económicas y ambientales que conlleva. Transformaría por completo la vida de Fuerteventura”.

La explotación de este tipo de mina a cielo abierto prevé el movimiento de millones de metros cúbicos de tierra y piedra, “cuya descripción y consecuencia para nosotros sería polvo y calima interminable en Fuerteventura”.
A ello, habría que sumar los millones de metros cúbicos “que se procesarían con sustancias químicas tóxicas y contaminantes, produciendo nubes de gas que contienen ácido clorhídrico que se propagarán por toda la isla fácilmente con la ayuda de los vientos Alisios”.
Por cada tonelada de tierra y piedra tratada por ácidos, la empresa minera conseguirá entre 7 / 10 kilogramos de tierras raras que se irán, “mientras se quedarán aquí 993 kilogramos de desechos tóxicos conformados por ácido sulfúrico, dióxido de azufre, ácido fluorhídrico, agua acidificada y desechos de materiales radioactivos”, lamentan, advirtiendo de que el destino final será el mar.
Los daños ambientales serán enormes, prosiguen, pero también las consecuencias sociales y económicas con un “aumento importante de cáncer, leucemia, enfermedades cardíacas y respiratorias. Adiós al turismo, nadie quiere ir de vacaciones a un vertedero de productos químicos inmerso en aire tóxico”.
Para concluir, desde la Plataforma se insta a Manuel Domínguez y Fernando Clavijo a pronunciarse sobre el expediente y a desvelar las medidas que se estén adoptando al margen de “charlas inútiles y declaraciones falsas”, para proteger a la población de Fuerteventura.