Un taller de intervención, que abarca desde la primaria hasta la adolescencia, y que tiene como objetivo enseñar a los niños y adolescentes cómo identificar y gestionar sus emociones, especialmente en situaciones de conflicto, según señalan la edil del área y la propia coordinadora del proyecto en una entrevista en el programa La Voz de Fuerteventura, en Radio Insular.

"Les enseñamos a localizar sus emociones en el cuerpo y a usar técnicas como la respiración para manejar momentos de enfado o frustración”, explicó Caballero quien insistió en que aprender a expresarse adecuadamente les ayuda a evitar conflictos innecesarios.
Además de la participación de los jóvenes, el proyecto incluye la colaboración de mujeres mayores del municipio, quienes comparten sus experiencias de vida, superación personal y empoderamiento.

"El impacto en los estudiantes ha sido sorprendente", afirma Kathaisa. Ver a mujeres mayores, como una camionera pionera en la isla, contando su historia, ha generado en los chicos una reflexión profunda sobre la importancia de perseguir los sueños, sin importar los obstáculos y constatando la relevancia de la motivación.
Otro aspecto clave del proyecto es su enfoque interactivo. Los talleres incluyen actividades participativas donde los estudiantes se involucran activamente, como el embellecimiento de nuevos bancos, con mensajes que han ideado en el taller sobre los buenos tratos.

Ocuparán los colegios pero también quedarán instalados en distintos lugares del municipio para visibilizar la iniciativa y trasladar a la ciudadanía en general el trabajo que se está desarrollando, invitar a tomar buena nota y, en definitiva, contribuir a una sociedad menos conflictiva.

Además, el proyecto incluye recursos para el profesorado, con el fin de integrar de forma permanente estas enseñanzas emocionales en las aulas. "El resultado ha sido tan positivo que estamos preparando una mini-web para que los docentes puedan acceder a materiales que les ayuden a trabajar la gestión emocional con los alumnos", apunta Caballero.
El Rincón de los buenos tratos es un buen ejemplo de cómo la educación emocional puede contribuir a un entorno más saludable y armonioso, tanto dentro como fuera de las aulas.