El delegado del Banco de Alimentos de Las Palmas en Fuerteventura, Águedo Pérez, explicó en una entrevista en el programa La Voz de Fuerteventura, en Radio Insular, el funcionamiento de la organización en la isla y el impacto del nuevo convenio firmado con el Cabildo, que les permitirá contar con un espacio propio para almacenar alimentos en la Granja Experimental de Pozo Negro.
Durante la entrevista, Pérez detalló cómo operan actualmente. “Traemos alimentos de Las Palmas de Gran Canaria y se los damos a los referidos que tienen Misión Cristiana y la Asociación Majorera Humanitaria Cultural, Mahucu. A través de ellos les llegan las personas”.
En este sentido, el Banco de Alimentos actúa como un puente logístico entre Gran Canaria y Fuerteventura, haciendo posible el abastecimiento a entidades sociales que reparten los productos entre familias necesitadas.
Gracias a la solidaridad empresarial y a la labor de voluntariado, se envía cada mes un contenedor de 40 pies cargado con alimentos no perecederos. “Ahí es donde se reparten entre las dos entidades y ellos ya se lo reparten a los usuarios que estén debidamente documentados y acreditados", explicó Pérez.
Sin embargo, una de las principales limitaciones hasta ahora había sido la falta de un espacio adecuado para almacenar los productos, algo que quedará resuelto gracias al reciente acuerdo con el Cabildo. Pérez agradeció la implicación directa de la presidenta insular, Lola García, y de los consejeros Víctor Alonso y Matías Peña.
Además, destacó la colaboración con Adisfuer, que cultiva unas 5.000 kilos de hortalizas al año y que también contribuirán al abastecimiento de comedores sociales. “Ellos van a donar los excedentes a los comedores sociales que hay aquí, a través de nosotros”, explicó.
Respecto al impacto del Banco de Alimentos en la isla, Pérez ofreció cifras claras: “Hay más de 400 familias necesitadas en la zona centro-norte y en la zona centro-sur aproximadamente unas 200 o 300. Vamos albergando sobre unas 1.500 aquí arriba y unas 600 o 800 personas en la parte sur de la isla”.
Durante la conversación, Pérez insistió en que la necesidad supera la capacidad actual de reparto. “Hace falta más”, dijo rotundamente en varias ocasiones, por lo que lanzó un llamamiento tanto a empresas como a posibles voluntarios: “Si un poquito cada empresa se haría un mundo (...) Esto es trabajo de todos, no es del Banco de Alimentos ni de las dos entidades con las que colaboramos”.
Ayuda confidencial
También se dirigió a las personas que necesitan ayuda y que aún no se han acercado a pedirla por vergüenza o por temor al estigma social: “No va a pasar ninguna vergüenza porque la necesidad que tienen de comer, vestirse y asearse está ahí. Nosotros intentaremos colaborar con todo, pero necesitamos datos, necesitamos que ellos se acerquen”.
Finalmente, Pérez agradeció la oportunidad de dar visibilidad al trabajo del Banco de Alimentos en la isla y concluyó destacando la importancia del voluntariado.
“En Gran Canaria casi todos son voluntarios, gente jubilada. Aquí queremos hacer un referente en eso, tener voluntarios. Ayudar al prójimo es muy bueno y, por lo menos para mí, es satisfactorio”, concluyó.