En la propuesta, defendida por el diputado socialista por Fuerteventura Pedro Sosa, se pide que se promueva la investigación sobre las causas de la mortalidad observada en palmerales de Fuerteventura, así como que se establezca la colaboración con las administraciones locales e insulares con el objeto de establecer una estrategia conjunta para abordar el declive de los palmerales de Fuerteventura.
La iniciativa también pide que se adopten desde ahora las medidas de prevención que se consideren oportunas, para evitar la expansión de plagas y otros factores que puedan afectar a las palmeras mientras se identifican las causas de su mortalidad.
Sosa recuerda que los palmerales forman parte del paisaje de Fuerteventura, y que constituyen un “elemento esencial” en los ecosistemas vinculados a determinados fondos de barranco de la isla, pero que, sin embargo, algunos de estos palmerales como los de Las Peñitas, Madre del Agua y Gran Tarajal, han presentado en los últimos años una alta mortalidad de ejemplares adultos.
En la propuesta se recalca que no parece un fenómeno puntual, ni que tienda a estabilizarse, sino que, por el contrario, se observa una creciente mortalidad de ejemplares de palmeras que hasta hace pocos años presentaban buen aspecto. “El debilitamiento o la caída de ejemplares de más de 20 metros de altura dejando al descubierto sus raíces, es cada vez más frecuente. Diversos factores, como la falta de lluvias, la afección por plagas y enfermedades, o la degradación de los suelos, podrían estar afectando de forma individual o conjunta a la mortalidad inusual y acelerada de palmeras”, se indica.
Para el diputado socialista, en un territorio con escasa vegetación como la isla de Fuerteventura, la desaparición de especies vegetales adaptadas a sus condiciones de aridez constituye una “relevante pérdida ambiental”, tanto por su importancia ecológica como por su valor paisajístico.
En su opinión, se trata de un problema complejo en el que hay que identificar las causas que lo desencadenan, para lo cual es necesario su investigación, y posteriormente aplicar las medidas oportunas. “Estamos ante un problema que requiere la intervención de las administraciones antes de que sea demasiado tarde”.
En este sentido, destaca los esfuerzos que desde la Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial se han iniciado para el control de esta plaga y la protección de los palmerales afectados, a través de varias iniciativas como el convenio suscrito con el Cabildo de Lanzarote dentro del Plan de Control de la Plaga de Diocalandra Frumenti en las palmeras de la isla de Lanzarote.
El plan, que se desarrollará hasta 2025 y que está financiado al 50% entre el Gobierno de Canarias y Cabildo de Lanzarote, supondrá un hito importante para la conservación de los palmerales de esta isla, y “un ejemplo claro de políticas proactivas por la defensa de una de nuestras especies vegetales más insignes, en la línea del trabajo que debemos emprender en Fuerteventura”.
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