"Los problemas de los vecinos son mis problemas"
No ha anunciado la fecha, pero se encuentra de retirada.
El subinspector jefe de la Policía Local de Puerto del Rosario, Pedro Gordillo, afronta su despedida del cuerpo después de 41 años de servicio a la ciudadanía. Más de cuatro décadas en las que, como reconoció en una entrevista “a traición” en el programa La Voz de Fuerteventura donde participaba para hablar sobre la situación de las emergencias en la Isla, ha hecho suyos los problemas de sus vecinos.
Visiblemente emocionado, con voz entrecortada echaba la vista atrás y recordaba que nunca pensó en ser policía local pero se presentó “por culpa de unos amigos, si se les puede llamar amigos”.
Aquella decisión fortuita derivó en una vida entera dedicada a la seguridad ciudadana. A los cinco años accedió a la jefatura y desde entonces ha liderado el servicio en Puerto del Rosario combinando con maestría el toque humano necesario pero, también, asumiendo el mando con responsabilidad. “Tienes que tomar decisiones, hay que saber decir no, y yo he sabido decir no, y lo he dicho muchas veces y en voz alta”, recalcó.
En su memoria se agolpan los recuerdos, imágenes de situaciones vividas con intensidad.
Los primeros años cobran especial relevancia, eran otros tiempos, insistió. “Fuimos capaces, sin tener servicio de emergencia, de muchas actuaciones de salvar personas. Personas en que estaban, hasta un bebé que estaba en un acto de incendio. Es decir, éramos demasiado atrevidos”, confesó.
El deber llamaba y el cuerpo respondía. Tampoco había horarios, reconoció. “Eran 24 horas y salías, mira, que no vino, que no pudo venir el compañero. No se preocupe, yo voy a mi casa, me ducho, desayuno y vengo. Y otras 24 horas”.
Además de actuar, Gordillo apostó por la prevención y la cercanía.
También ante situaciones de jóvenes consumidores de sustancias estupefacientes lo que permitió hacer derivaciones a centros de desintoxicación donde recuperar sus vidas. “Venían en un parque, se cogía a un chico o una chica con algo, con una porquería, lo que se llamaba al padre o a la madre. Lo voy a matar. Tú no vas a matar a nadie. Habla con tu hijo, con tu hija y arreglen este tema como se arregla”. Hoy, muchos de esos jóvenes tienen carrera y familia, y aún lo buscan para mostrarle su agradecimiento.
Gordillo quiere marchar como llegó, sin hacer ruido.
Será difícil después de la huella que ha dejado por su forma de ser y de hacer. Reconocida no solo por todos los profesionales de los servicios de seguridad y emergencias de Fuerteventura sino, sobre todo, por sus vecinos.
Gracias, Gordillo, por esa empatía y esa cercanía mostrada a lo largo de todo este tiempo.
