“El derecho a cuidar y ser cuidado no es privilegio ni concesión”, afirmó Teresa Cabrera, representante de AFFA, durante una entrevista en el programa La Voz de Fuerteventura, en Radio Insular, donde dio cuenta del manifiesto leído en el marco de la celebración, reciente, de la Comisión de Discapacidad del Parlamento de Canarias en el Centro Insular de Juventud.
“La desatención institucional, la precariedad de los servicios, la burocracia que ahoga en lugar de acompañar y la invisibilización sistemática de los cuidados nos han llevado a una situación de emergencia social que amenaza el bienestar presente y el futuro de miles de familias majoreras”, recogía el texto esbozando un dibujo de la realidad que afecta a quienes cuidan, en su gran mayoría mujeres, y a quienes necesitan de los cuidados, alcanzando a buena parte de la sociedad.
Aunque la asociación ha logrado mantener su actividad —actualmente cuenta con 25 trabajadoras— no quieren seguir asumiendo tareas que corresponden al sistema público. “No hemos venido a reemplazar a la administración, hemos venido a exigir que asuma su responsabilidad”, insistió Cabrera.
Un pacto insular, "no basta con gestionar lo mínimo"
En este contexto y sin una hoja de ruta determinada, AFFA propone una reunión a nivel insular urgente con todas las administraciones locales, entidades del tercer sector y el Cabildo majorero para planificar qué pasos dar y trazar una estrategia a futuro. “Esto lo hemos enviado a todos los ayuntamientos y al Cabildo, el Cabildo nos está acompañando en la convocatoria”, apuntó Cabrera. Sabe que la discapacidad y la dependencia no son competencia directa de las corporaciones locales pero, insiste, “no puede ser que la mirada a largo plazo es que sean las asociaciones las que vayan atendiendo o parcheando lo que vaya surgiendo”.
De momento, se han logrado avances recientes, como los convenios de 17 meses con la corporación insular “que ayuda”, reconoció, aunque no basta con pequeñas soluciones aisladas.
Para AFFA, ya es hora de que la administración esté a la altura de la gente. “No basta con gestionar lo mínimo, se necesita visión política, valentía y voluntad real para colocar los cuidados en el centro de las políticas públicas”, concluyó.
