La consejera de Turismo del Gobierno de Canarias, Jessica de León, ha confirmado que fue víctima de agresiones y amenazas mientras se tramitaba la Ley de Vivienda Vacacional; un proceso que ha tensionado profundamente el debate público en las islas. La responsable autonómica explicó que llegó a sufrir ataques directos en su propio domicilio, un hecho que hasta ahora había decidido mantener en silencio.
Ha presentado dos denuncias, por amenazas veladas, he sufrido ataques en mi domicilio particular”, reveló en declaraciones a los medios, aludiendo a episodios en los que su vivienda recibió pedradas. Pese a la dureza vivida, De León explicó que trató de gestionarlo sin hacerlo público. “Nunca he querido decir nada absolutamente, es verdad que ha sido duro”.
La consejera insistió en no magnificar estos incidentes y en confiar en la madurez de la sociedad canaria. “No quiero darle mayor importancia porque creo que no representan al conjunto de la ciudadanía”. Aun así, pidió preservar un clima de intercambio respetuoso: “Prefiero confiar en que el debate pueda seguir sucediendo de forma serena, aunque no estemos de acuerdo”.
ASCAV condena “todo tipo de violencia” y pide diálogo
Tras conocerse las agresiones, la Asociación Canaria de Alquiler Vacacional (ASCAV) emitió un posicionamiento firme de rechazo absoluto. “ASCAV rechaza y condena todo tipo de violencia”, subraya el colectivo, que afirma comprender que “la desazón, desesperación, el miedo e indignación que sufren decenas de miles de familias canarias y residentes” se ha visto agravada por la recién aprobada Ley de Ordenación Sostenible del Uso Turístico de la Vivienda. Sin embargo, aclara que “en ningún caso justifican la violencia” y muestran su “más absoluta repulsa”.
ASCAV, considera que ha llegado “la hora de ser recibida por primera vez por el presidente del Gobierno de Canarias” y confía en que se pueda alcanzar un acuerdo para cerrar un debate “enrocado desde hace más de dos años”.
La revelación de las agresiones sufridas por De León y la respuesta inmediata del sector vuelven a situar el foco en la necesidad de un clima político sereno y de puentes de diálogo en un momento clave para el futuro del modelo turístico en Canarias.
