“Ser visible aún da miedo”, el colectivo Altihay denuncia retrocesos y desinformación

Soto, Betancourt y Cabrera

El 1 de diciembre volvió a colocar al VIH en la agenda de efemérides a conmemorar, pero para el colectivo Altihay Fuerteventura la lucha nunca se ha ido. Décadas de acompañamiento, formación y visibilidad han convertido a esta asociación en un referente en la isla. A pesar del tiempo transcurrido, el colectivo, representado por Carla Soto, Irene Cabrera y Martín Betancourt, lo tiene claro, “queda mucho por hablar y, sobre todo, por educar y prevenir”.

Antes el VIH era sinónimo de muerte; hoy es una enfermedad crónica y una pastilla al día”, recordaba León Martín Betancourt, coordinador del área de Salud de Altihay en una tertulia en el programa La Voz de Fuerteventura, en Radio Insular, donde advertía de que a pesar de los avances médicos y de las mejoras, “el estigma sigue existiendo. Sigue habiendo miedo a decirlo en voz alta”. Así manifestó que “nadie sale del hospital diciendo: ‘Hola, soy Antonio y tengo VIH’. Hay miedo al rechazo, a la familia, al trabajo, a la sociedad”, subrayó.

 

Repuntes y desinformación: la otra pandemia

 

En Canarias se registraron recientemente 300 nuevos diagnósticos de VIH, pero también preocupa, y mucho, es la sífilis: “3.000 casos nuevos este año,  solo en Canarias”, apuntó Irene Cabrera, técnica de salud. “La juventud cree que nada les va a pasar. El condón ‘corta el rollo’, nos dicen”.

Con la “bajada de guardia”, crece el número de casos hasta situar Canarias como quinta Comunidad Autónoma con mayor presencia del VIH, lamentaron.

La tendencia, lejos de disminuir, va en aumento y hay que abordarla. La presidenta de Altihay, Carla Soto, fue contundente al manifestar que los jóvenes “necesitan educación sexual real y hablar también de derechos sexuales y derechos humanos”.


En esta línea, Cabrera añadió la importancia de responsabilizarse de la salud sexual, “si tengo una enfermedad de transmisión sexual, es porque yo, también, dejé una vía abierta”. De esta manera, animó a la población a tomar conciencia de su situación serológica y animó a practicar pruebas rápidas, gratuitas y confidenciales en la sede del colectivo. “Un pinchacito y en 20 minutos tienes los resultados”, explicó.

 

La barrera del miedo

 

Los representantes del colectivo LGTBi+ majorero, quisieron hacer hincapié en la necesidad de desligar la diversidad sexual del VIH. “Hay que aprender a separar el VIH del colectivo LGTBI. El VIH no es ‘nuestro’. Lo tiene quien lo tiene, sea quien sea”, recalcó Soto

Lo que sí va aparejado es el miedo.

Y es que “ser visible, en pleno siglo XXI, da miedo. Yo siempre he sido una mujer visible… y aun así temo que un día en una esquina alguien me pegue una paliza”. Son palabras de la presidenta que relató los ataques sufridos en redes con mensajes como “lo que me iba a pasar si Franco estuviera aquí”, algo que demuestra —dice— que “las redes son un arma de doble filo: pueden dar voz o hundirte”.

En Altihay observan con inquietud el auge de discursos extremistas, especialmente,  entre la juventud. “Ahora la moda es ser de ultraderecha, ser franquista, ser nazi, y eso da mucho miedo”, lamentó Soto.

Betancourt sumó su experiencia con una agresión física sufrida en Corralejo hace apenas dos años. “Un señor me llamó ‘maricón’ 40 veces y me tiró piedras. Tengo 63 años y me vi llorando delante de la Guardia Civil”, lamentó, explicando, además, que el ataque no ha tenido consecuencias ya que “no se encuentra al agresor”.