"Cuidemos a nuestros mayores", por Fátima Marrero
Las personas mayores representan la memoria viva de nuestra sociedad .En ellas se concentra la experiencia, la historia y los valores que han dado forma a la comunidad majorera. Sin embargo, en la isla de Fuerteventura muchas de ellas viven en una situación de abandono institucional que resulta alarmante.
Los centros de atención sociosanitaria son escasos, con listas de espera interminables que dejan a familias desbordadas sin recursos suficientes para atender a sus mayores. Las infraestructuras adaptadas son mínimas y, en muchos casos, inexistentes. A esto se suma la falta de personal especializado y programas de acompañamiento que garanticen no solo cuidados médicos, sino también la atención emocional y social que toda persona necesita en esta etapa de la vida.
La soledad se ha convertido en la compañera silenciosa de muchos mayores en Fuerteventura. Mientras las instituciones prometen proyectos y mejoras, la realidad diaria demuestra que la inversión es insuficiente y que las políticas públicas no priorizan su bienestar. La distancia geográfica de la isla respecto al territorio peninsular, en lugar de justificar retrasos, debería ser un motivo adicional para reforzar los servicios y garantizar la dignidad de quienes han dedicado toda una vida a levantar esta tierra.
Es necesario un cambio profundo. Las personas mayores no pueden seguir siendo invisibles en la agenda política. Respetarles y cuidarles es un deber ético y social. En Fuerteventura, ese compromiso debe traducirse en más plazas sociosanitarias, más profesionales de la atención geriátrica, programas contra la soledad y un esfuerzo real por ofrecer a nuestros mayores la calidad de vida que se merecen.
Olvidarles es, en definitiva, olvidarnos de nosotros mismos y del futuro que también nos alcanzará algún día.
Fdo: Fátima Marrero Pérez (presidenta AC ACAICATE)