jueves. 28.03.2024

Han pasado 15 años desde que Jesús Giráldez escribiera la obra `Tindaya: el poder contra el mito´ donde reflejó los tejemanejes que se llevaron a cabo desde algunos grupos de poder para impulsar el proyecto de Eduardo Chillida que “desde los comienzos no fue artístico, fue un pelotazo, un caso de corrupción”, explicó el autor en una entrevista esta semana en Radio Insular.

Así lo demuestran, insistió, los cerca de “30 millones de euros que se nos han robado, sin mover ni si quiera una piedra”, según recordaba.

Ahora el Ejecutivo de Canarias ha decidido incoar el expediente con el fin de proteger de forma integral toda la montaña declarando BIC su totalidad y no, como hasta ahora, protegiendo únicamente la estación de grabados podomorfos.

Colectivos ecologistas celebraban la noticia que, en principio, pone fin a la posibilidad de desarrollo del proyecto que consiste en realizar un agujero de 50 metros cúbicos en la montaña y desde allí habilitar dos chimeneas hacia la cúspide para captar la luz del día y del sol.

Giráldez, sin embargo, pide prudencia “porque hay que estar a la expectativa de cualquier ocurrencia del poder” con lo que no tirará los voladores hasta que concluya todo el procedimiento .

El activista puso de relieve que no existe una zona en toda Canarias que tenga tantas figuras de protección como la montaña. Las propias instituciones han querido preservar sus valores naturales, geológicos, paisajísticos y culturales. Sin embargo, prosiguió, “si en ese lugar tan protegido se podía hacer una obra de la magnitud de la que se planteaba y que echaría al traste la montaña, significaba que ningún lugar de Fuerteventura y de Canarias quedaría libre de la amenaza de poder ser destruído”.

Así fundamentó la defensa a ultranza que los colectivos ecologistas realizaron de la montaña rechazando de plano la intervención del artista vasco cuando se dio a conocer el proyecto que gran parte de la sociedad majorera apoyó, entendiendo que sería beneficioso para la Isla.

Desde el inicio, como documentó Giráldez en el libro, se produjeron distintos “pelotazos”. El primero de ellos relacionado con la explotación minera de las canteras. Al plantearse la Declaración de Interés General del proyecto se tuvo que rescatar la concesión “y se le pagó al empresario Bittini una cantidad desorbitada que coincide con las deudas que tenía su empresa”.

El siguiente pelotazo se produce, continuó, cuando se encargaronn unos estudios geológicos del terreno para ver viabilidad del proyecto “pero nunca se hicieron y se diluyeron 2.000 millones de pesetas”, en el caso conocido como caso Tindaya, lamentó. “Eso se judicializó y la justicia determinó que se había robado el dinero pero que no se sabía dónde estaba”.

Después, se encargaron unos estudios geotécnicos sin tramitarse a través del procedimiento de concurso público y se adjudicaron a la empresa que iba a hacer la obra `Estudios Guadiana´.

De esta manera, se fueron sumando los cerca de treinta millones de euros en un proceso largo y oscuro que los ecologistas han denunciado y sobre el que han ido informando a la ciudadanía.

La labor de los ecologistas motiva el cambio de criterio social

Una labor que Giráldez destacó porque ha permitido que la sociedad cambiara su criterio sobre el proyecto. En el año 2016 se llevaron a cabo unas encuestas cuyos resultados arrojaron que

“un porcentaje muy amplio de residentes y personas de la isla que consideraban que el monumento ya existía”. Sí hay constancia de la labor de la coordinadora de la Montaña de Tindaya no solo en cuando a la denuncia sino en la labor de informar de qué es lo que estaba pasando, recalcó.

Jesús Giráldez no descarta añadir un anexo a su libro para reflejar cómo ha sido la lucha, que explique “ todo el esfuerzo, las energías, las miradas, las manos, las voces, alegrías, sonrisas que miles de personas han plantado en Fuerteventura,  en el estado e,  incluso internacionalmente en apoyo de la montaña”.

Ahora toca disolver la Fundación Monumento a la Tolerancia cuyo último gasto fue de 6.000 euros “para un estudio, que fueron cuatro llamada telefónicas, de entrevistas a los Chillida, a los Fernández Ordóñez que son los ingenieros que pretenden hacer la obra y al director del Loro Parque”.

La coordinadora en defensa de la montaña pide que se dejen de gastar recursos públicos en esta obra inviable, que se disuelva la Fundación y que Tindaya pueda exponer sus valores a través de un parque arqueológico.

Jesús Giráldez: “El proyecto de Chillida nunca fue un proyecto artístico, fue un pelotazo”
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